Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores

Imagen: Prevail, autora Michelle Robinson

Agentes de la Dirección General de Migración (DGM) destacados en El Cruce de Jicomé, en la provincia Valverde, ejecutaron al trabajador haitiano Delouise Estimable, de 32 años, encerrándolo en uno de los camiones utilizados para las redadas y golpeándolo hasta matarlo. El gobierno, la Procuraduría General de la República y el Defensor del Pueblo guardan silencio sobre un crimen que ilustra el salvajismo del régimen político que padece la República Dominicana.

Varios medios han reflejado las denuncias de los familiares de la víctima. Las autoridades se han negado a realizarle la autopsia e intentan encubrir el asesinato alegando que el trabajador murió en un accidente de tránsito. No lo llevaron al hospital sino que lo dejaron morir en el Cruce de Jicomé luego de golpearlo brutalmente.

No se trata de un crimen aislado. Este asesinato es una consecuencia de la depravación racista que alimenta el gobierno de Luis Abinader, mediante una campaña de detenciones arbitrarias contra personas haitianas y dominicanas de ascendencia haitiana, incluyendo el rapto de mujeres embarazadas en los hospitales y sus alrededores, detenciones y expulsiones de infantes separados de sus familias, y en los casos más extremos también torturas y asesinatos..

El 12 marzo de este año un agente de la DGM ejecutó de un disparo en la cabeza al joven trabajador haitiano Joel Lolo, en Las Matas de Farfán, durante un allanamiento ilegal. En mayo, policías, militares y agentes de la DGM sitiaron Ciudad Juan Bosch, en Santo Domingo Este, hiriendo a decenas de trabajadores y deteniendo a centenares de personas arbitrariamente. El 12 de junio, una turba fascista en la que participaban tres militares atacó una comunidad de Galván, en Bahoruco, asesinando a un trabajador haitiano, quemando su cuerpo e incendiando ocho viviendas. La lista de crímenes crece en una espiral de violencia antiobrera y racista al amparo de la impunidad.

El responsable político de todos estos crímenes es el gobierno de Luis Abinader, por su permanente agitación racista en la que usa a la comunidad inmigrante haitiana como chivo expiatorio para distraer la atención pública de su desastrosa gestión en la que se han agravado todos los problemas sociales que venía padeciendo el pueblo dominicano bajo el yugo del PLD. Abinader además se ha aliado con las fuerzas más reaccionarias y corruptas del país, como la FNP, organización que junto a otros partidos de ultraderecha y el Instituto Duartiano convoca a una movilización fascista para el próximo 6 de agosto. La movilización usa los mismos ejes discursivos de Abinader para incitar el odio: el falso discurso de la “invasión pacífica” y de que la inmigración es “una carga para el Estado”, el llamado a la intervención extranjera en Haití y la teoría conspirativa de una supuesta “solución dominicana a la crisis haitiana”.

Exigimos que cese la inacción cómplice de la Procuraduría General de la República y el Defensor del Pueblo ante estos crímenes. Llamamos a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, presidida por un diputado del Frente Amplio, a asumir su responsabilidad y enfrentar la campaña racista del gobierno. Los diputados de Alianza País y Opción Democrática tampoco deben callar ante estos crímenes, es urgente interpelar al director de la DGM y al Ministro del Interior para que respondan por las detenciones arbitrarias, robos, extorsiones, torturas y asesinatos contra la comunidad inmigrante.

¡Justicia para Delouise Estimable y todas las víctimas de la DGM!