Manuel Gual
El 17 de febrero, el ministro del Ambiente, Orlando Jorge Mera, anunció que en enero la empresa Falconbridge Dominicana (Falcondo) realizó una solicitud de exploración minera en Loma Miranda. Dijo que se realizaría un estudio de impacto ambiental así como consultas públicas para su aprobación. Ante la ola de rechazo que despertó la declaración, el 23 de febrero el ministro declaró que se están estudiando los antecedentes jurídicos, incluyendo la sentencia 167-13 del Tribunal Constitucional, un estudio del PNUD y las anteriores decisiones del propio ministerio, contrarios a la explotación minera de Loma Miranda.
Sin embargo, es temprano para cantar victoria. Aún no ha sido negada la solicitud de Falconbridge. Aunque en 2014 Abinader criticó la explotación de Loma Miranda, ahora desde el gobierno apuesta a la megaminería y es aliado de las transnacionales imperialistas, dando continuidad a la política entreguista del PLD.
La presencia de Falconbridge en República Dominicana es parte del legado maldito del trujillismo y el balaguerismo. En 1955 la dictadura trujillista le otorgó la Concesión Quisqueya Uno para la explotación del níquel. La producción de ferroníquel se inició en 1971, durante la dictadura de los doce años de Balaguer.
Bajo la propiedad de la transnacional suiza Glencore, Falcondo suspendió la producción en 2008 por una coyuntura de bajos precios del níquel y altos precios del petróleo, pero luego emprendió una ofensiva para ampliar sus operaciones, incluyendo el proyecto de explotación de Loma Miranda. Gracias a la contundencia de las protestas populares, que tuvieron que enfrentar la represión del gobierno y los grupos de choque de Falcondo, se logró que el Congreso aprobara la creación de un Parque Nacional en Loma Miranda en el año 2014. El entonces presidente Danilo Medina vetó la ley. En 2015, Falcondo fue adquirida por Americano Níquel, empresa propiedad de Global Special Opportunities, segunda empresa del ferroníquel a nivel mundial, ligada a la empresa suiza FOS Asset Management.
A cambio de algunos impuestos que se consumirían en el pago de intereses de la deuda externa, esta actividad minera destruiría fuentes de agua, así como la agricultura y ganadería de la zona, generando un terrible costo ambiental, social y económico, tal y como ya ocurre en otras zonas de actividad minera. Un mal negocio para el pueblo dominicano. Por eso debe imponerse mediante la movilización popular que Loma Miranda sea Parque Nacional. En el caso de la concesión entregada a Falconbridge, debe desconocerse por tratarse de un acto ilegal de la dictadura trujillista. Es parte del proceso de destrujillización aún inconcluso en nuestro país.
Además de ello, la lucha por terminar de sacar a Falconbridge de Loma Miranda forma parte de la lucha por derrotar a las grandes megamineras que están destruyendo nuestro territorio, como es el caso de la transnacional canadiense Barrick Gold, que explota la mina de Pueblo Viejo en Cotuí, donde ha dejado comunidades afectadas por la contaminación de cianuro y otros agentes, además de incumplir con sus compromisos de inversión local. Actualmente Barrick Gold tiene el proyecto de construir una presa de cola en Guance, en Peralvillo, y ampliar sus actividades explotando la Loma de los Siete Picos.
Ya se ha realizado una gran manifestación rechazando estos planes el 23 de enero en Yamasá y está convocada una nueva para el 28 de febrero. Las presas de cola son peligrosos depósitos de desechos tóxicos que acumulan las mineras. Cada año en promedio hay dos desastres a nivel mundial por ruptura de estas represas. Algunos de los casos más terribles han sido el desastre de Brumadinho en enero de 2019 en Brasil, responsabilidad de la megaminera Vale, que dejó 250 muertos y 20 desaparecidos y el colapso del dique de Mount Polley en Columbia Británica, Canadá, que arrojó 25 millones de metros cúbicos de desechos, en agosto de 2014.
Se han entregado decenas de concesiones mineras a estas empresas depredadoras en todo el país, por ejemplo en San Juan de la Maguana tiene concesiones la empresa canadiense Gold Quest, la también canadiense Unigold tiene concesiones en Neita, Dajabón, y está procurando ampliar su actividad. Aumentando su dependencia respecto de estas empresas imperialistas, el gobierno acordó de manera no transparente un adelanto de pagos de Barrick Gold en 2021 para posponer el ajuste fiscal que estaba discutiendo a fines de 2020.
De igual forma estamos ante una expresión local de un problema propio del sistema económico mundial que padecemos. Especialmente en el caso del oro, cuyo uso industrial es reducido y los stocks acumulados a nivel mundial son enormes, se trata de una actividad propia de la irracionalidad depredadora del capitalismo. En nuestro país, grandes barrios urbanos tienen limitado suministro de agua y la minería amenaza con restringirlo mucho más. En la Amazonía se están destruyendo ríos y gigantescos boques para producir oro que luego es depositado en bóvedas de los grandes bancos, mientras se afecta la capacidad de absorción de CO2 de la atmósfera de esta enorme floresta. Así, se contribuye a agravar el fenómeno del calentamiento global que amenaza la viabilidad de la vida humana en el planeta. En República Dominicana formamos parte de esa lucha internacional que libran pueblos indígenas, campesinos y trabajadores contra la destrucción ambiental por parte de las transnacionales y los gobiernos que les sirven.
Actualización, 25 de febrero: Luego de la publicación de este artículo, se anunció que Falconbridge retiró su solicitud ante el Ministerio del Ambiente.
3 comentarios en “De Loma Miranda a Yamasá: Derrotemos la alianza entre el gobierno y las transnacionales mineras”