Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST) y Unión de Trabajadores Cañeros (UTC)
El gobierno de Abinader anunció con bombos y platillos el aumento del salario mínimo de los trabajadores de la industria azucarera. Los trabajadores agrícolas azucareros, en su mayoría inmigrantes haitianos, pasaron de ganar 198 pesos por jornada de ocho horas a 400 pesos por jornada, lo que equivale a 50 pesos por hora (menos de un dólar). Los trabajadores administrativos pasaron de ganar 7.668 pesos mensuales a 15 mil pesos.
Pero el anuncio es engañoso. Por una parte, los salarios quedan muy por debajo de la canasta alimentaria promedio, de más de 40 mil pesos mensuales. Y lo más grave es que la mayoría de los trabajadores cañeros, boyeros, carreteros, y demás funciones dentro del trabajo agrícola azucarero no ganan un salario por jornada sino pagos a destajo, alrededor de 200 pesos por tonelada de caña cortada, de tal forma que no les beneficia el aumento decretado por el gobierno. La Unión de Trabajadores Cañeros (UTC) viene exigiendo que se aumente el pago de la tonelada de caña cortada a 580 pesos. La lucha contra la semiesclavitud, precarización y superexplotación, por salarios dignos, libertad sindical, pensiones, acceso a salud, vivienda digna, y una jornada laboral de 8 horas continúa. Actualmente se trabajan jornadas de hasta 14 horas.
El ministro del Trabajo, De Camps, destacó el “consenso” entre empresarios, burócratas sindicales y gobierno. Según Abinader, el gobierno sirve de árbitro neutral. En realidad en esa fórmula tripartita de “diálogo social” la clase trabajadora no tiene representantes mientras que los grandes capitalistas azucareros como los Fanjul y los Vicini están triplemente representados: tienen sus representantes directos de los gremios empresariales, más los representantes del gobierno y de la burocracia sindical a su servicio.
Los burócratas sindicales de la CNUS, CASC y CNTD también representan los intereses empresariales. Por eso Abinader premió a sus dirigentes con pensiones de privilegio de 75 mil pesos. La CNUS, que en el pasado apoyó a los gobiernos del PLD y a la candidatura de Gonzalo Castillo, ahora apoya fervientemente a Abinader e incluso le invitó a ser orador en su Congreso de diciembre del año pasado.
Movilizaciones cañeras y amenazas de sanciones
Desde fines del año pasado la UTC viene exigiendo un aumento en el pago de la tonelada de caña cortada. Este año, el 18 y el 30 de enero, la UTC realizó movilizaciones hacia el Palacio Nacional y en San Pedro de Macorís, en conjunto con otras organizaciones como la Coordinadora Popular Nacional.
Desde el mes de noviembre, la policía y grupos de ultraderecha vienen obstaculizando la realización de protestas por parte de la UTC y otras organizaciones obreras. Una de las políticas antiobreras y racistas del gobierno que ha alimentado el conflicto es la decisión de suspender el pago de cientos de pensiones.
En una comunicación del mes de noviembre de Juan Rosa, director de la Dirección General de Jubilaciones y Pensiones, en respuesta a una solicitud basada en la ley de libre acceso a la información pública, el gobierno reconoció que ha dejado de pagar 379 pensiones y que solo está pagando 1,415, en su mayoría otorgadas por gobiernos anteriores. Esta cifra también indica que la enorme mayoría de viudas de cañeros pensionados no han heredado la pensión, como corresponde.
El otro factor que indudablemente ha pesado para el anuncio del aumento salarial es la presión generada por los escandalosos reportajes sobre las violaciones a los derechos humanos y la superexplotación por parte de los capitalistas del azúcar. En medio del escándalo de los Pandora Papers, que afectó directamente al presidente Abinader por su uso de paraísos fiscales, salió a relucir que la familia del político balaguerista y capitalista del azúcar Carlos Morales Troncoso, un racista furibundo, contaba con cuentas millonarias en paraísos fiscales. Ese dinero proviene en gran medida de la superexplotación de mano de obra semiesclava haitiana y dominicana.
También tuvo gran impacto la denuncia de las expulsiones violentas de familias cañeras en los bateyes por parte de los capitalistas de Central Romana, así como en general las pésimas condiciones de vida en los más de 400 bateyes del país. Dado que EEUU favorece las exportaciones de azúcar dominicana con una cuota a tasa preferencial, crecieron las exigencias al Congreso estadounidense de que cese la complicidad de ese país con las condiciones laborales de semiesclavitud y las graves violaciones a los derechos humanos en la industria azucarera dominicana.
Ante esta presión, en octubre del año pasado 15 congresistas estadounidenses pidieron al gobierno de Biden investigar las condiciones de trabajo en la industria azucarera dominicana. En enero de este año hubo un nuevo pronunciamiento de legisladores estadounidenses sobre el tema.
Periodistas estadounidenses de los medios Mother Jones y Reveal incluso revelaron que el Batey Hoyo de Puerco fue destruido por Central Romana, desplazando forzosamente a 230 trabajadores y sus familias, antes de una inspección planificada para el 23 de noviembre por funcionarios de la embajada estadounidense. Con el aumento salarial, Abinader intenta lavarle la cara a los explotadores. La burocracia sindical también ha salido en defensa de los capitalistas del azúcar, tanto la CNUS como la CNTD.
En ese marco, el Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores realizó el año pasado un llamamiento “al movimiento antirracista, las organizaciones de trabajadores y la izquierda de EEUU a… jugar un rol importante exigiendo al gobierno… que cese su complicidad con la semiesclavitud en la industria azucarera dominicana”.
La lucha sigue
Acompañamos a los trabajadores cañeros en su exigencia de libertad sindical, plena formalización de su trabajo, así como acceso a salud, seguridad social, y viviendas dignas, electrificadas, con agua e instalaciones sanitarias. De igual forma, la lucha por salarios y pensiones dignas continúa. Quienes reciben pagos a destajo por tonelada de caña cortada deben recibir los aumentos que exigen. Basta de superexplotación por parte de los Vicini, los Fanjul, y los capitalistas centroamericanos que controlan el Consorcio Azucarero Central.
Con la solidaridad del movimiento obrero dominicano, caribeño y estadounidense, así como de los movimientos antirracistas, es posible arrancarle mayores conquistas a este gobierno.
Por bueno o altos que sean los salarios y las condiciones laborales en el capitalismo, no cambian las relaciones esclavista de explotación capitalista. El salario es una forma que asume la esclavitud capitalista, sin importar el monto.
Lo fundamental es la lucha por la apropiación, control y autogestion de las medios de producción por parte de los trabajadores y trabajadoras. Lo que no quita luchar por mejores salarios y condiciones laborables.
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