La Voz de los Trabajadores
El 14 de julio de 2021, el presidente Abinader decretó un ligero aumento de los salarios mínimos de las empresas privadas no sectorizadas, al que denominó «histórico», dada su propensión a la exageración y la demagogia. Si los aumentos eran claramente insuficientes en aquel momento, con la inflación del último año han quedado pulverizados.
En mayo de este año la canasta básica nacional, superó los RD$41,793 mensuales. En agosto de 2020, al iniciarse el gobierno de Abinader, la canasta básica nacional se ubicaba en RD$36,083. El incremento acumulado ha sido de RD$5,710, un 15.8%.
El salario promedio al culminar el primer trimestre de este año era de apenas RD$28,987. De 2.18 millones de personas empleadas en trabajos formales, el 82% tienen salarios por debajo de la canasta básica nacional. Apenas el 12% gana más de RD$50 mil mensuales, mientras que 19% gana RD$10 mil o menos, y 26% gana entre RD$10 mil y RD$15 mil. Esto evidencia la miseria salarial generalizada y la superexplotación capitalista que impera en el país.
En República Dominicana no hay libertad sindical, la tasa de sindicalización es muy baja y las burocracias sindicales al servicio del gobierno y los capitalistas obstaculizan la realización de protestas o huelgas obreras. Todas estas condiciones impiden a la clase trabajadora usar el mecanismo de la negociación colectiva para definir los salarios y éstos tienden a ubicarse muy cerca de los mínimos legales definidos por el gobierno. El salario mínimo para las empresas privadas no sectorizadas es de RD$21 mil en las grandes, RD$19,250 en las medianas, RD$12,900 en las pequeñas y RD$11,900 en las microempresas.
En el ámbito privado sectorizado los salarios mínimos son aún más paupérrimos. En el sector hotelero el rango de salarios mínimos abarca de RD$9,5 mil a RD$14 mil, dependiendo del tamaño de la empresa, mientras que en las zonas francas el salario mínimo es de RD$13,915. Las grandes cadenas hoteleras y las empresas beneficiadas con el régimen de zona franca gozan de amplias exenciones tributarias por parte del gobierno.
Solo la organización y la movilización de la clase trabajadora, construyendo nuevos sindicatos y haciendo valer los derechos laborales mediante la lucha, puede cambiar esta situación.