Alejandra Ramírez
El 29 de enero se ha realizado una nueva agresión contra las mujeres dominicanas. Bajo el engañoso título de “Encuentro por la Vida y la Familia”, el evento organizado en la capital por el cura Luis Rosario, director de la Radio Juventud Don Bosco, culminó con un pacto contra la vida de las mujeres y las familias humildes de nuestro país, firmado por al menos catorce candidatas y catorce candidatos a diputados de los partidos PLD, PRSC, Fuerza del Pueblo, PQDC, PP y FNP. Estas personas que aspiran a integrar el Congreso se comprometieron en el mencionado documento a oponerse a la despenalización del aborto en cualquier caso. En otras palabras, estos enemigos de las mujeres dominicanas siguen la línea de la Iglesia Católica de mantener en pie el criterio vigente desde el Código Penal de 1884 en República Dominicana, de que el aborto debe criminalizarse. Los candidatos también se comprometieron en el pacto a oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Estos fanáticos religiosos son hasta tal punto enemigos de la vida que, incluso cuando está en riesgo la vida de la madre, se oponen a que pueda realizarse un aborto asistido en un hospital o clínica. Nada les importa que alrededor del 20% de la mortalidad materna se deba a abortos realizados en condiciones inseguras como consecuencia de la criminalización del aborto, enlutando familias en su enorme mayoría de origen humilde. Esta campaña ocurre en un contexto en el que lo que se discute es la despenalización del aborto en tan solo tres situaciones: en casos de violación o incesto, cuando la vida de la madre esté en riesgo o cuando el embrión sea inviable.
Por eso decimos que lo firmado es un acuerdo criminal a favor del machismo, de la discriminación y de la muerte, un acuerdo en contra de las mujeres y las familias trabajadoras.