Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores
En una entrevista reciente, el embajador dominicano ante la monarquía marroquí, Amaury Justo Duarte, ratificó la política del gobierno de Abinader de apoyar la anexión del Sáhara Occidental por parte de Marruecos. Esta posición aberrante, contraria al derecho internacional y a todas las resoluciones de las Naciones Unidas sobre el tema, da continuidad a la posición expresada por el canciller Roberto Álvarez, quien apoyó en un tuit del 7 de diciembre de 2020 la agresión militar del régimen marroquí contra la zona de Guerguerat, acto que dio inició a la actual etapa de la guerra entre el Frente Polisario y el régimen marroquí.
Esta posición del gobierno de Abinader es la continuación de una doctrina de política exterior de total subordinación a los EEUU y de desprecio por los derechos de los pueblos que luchan contra el colonialismo y por su autodeterminación. En esa misma orientación, el gobierno dominicano se pronunció apoyando la mudanza de la embajada dominicana en Israel a Jerusalén en 2020, siguiendo los pasos de Donald Trump y violando todas resoluciones de la ONU sobre esa ciudad, que Israel pretende convertir en su capital violando los derechos del pueblo palestino.
El Estado dominicano reconoció a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y estableció relaciones diplomáticas en 1986, durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco. El gobierno de Hipólito Mejía, cuya desastrosa política exterior incluyó el envío de tropas a Irak, rompió dichas relaciones. Exigimos restablecer las relaciones diplomáticas con la RASD.
Es muy grave que el embajador Justo Duarte, quien celebra sin la menor vergüenza la marcha verde marroquí de características fascistas con la que se ocupó el Sáhara Occidental, confiese que existen intenciones de comerciar con fosfatos explotados ilegalmente en el Sáhara Occidental y de abrir consulados en los territorios ocupados, sobre los cuales no existe soberanía marroquí. Traficar con fosfatos saharauis constituiría un acto delictivo de saqueo que puede exponer a la República Dominicana a denuncias internacionales. Lo repudiamos.
Finalmente, esta política arrodillada a EEUU por parte del gobierno dominicano muy probablemente lleve al fracaso su campaña por obtener votos de Estados africanos para ingresar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Por una parte, el gobierno dominicano, que nunca ha firmado la convención de la ONU contra el apartheid, tiene una política racista contra las personas afrodominicanas y perpetra una persecución insólita contra las personas dominicanas de ascendencia haitiana, que son discriminadas sistemáticamente. Esa política racista generará dificultades para sus pretensiones diplomáticas. Pero además, el hecho de apoyar al colonialismo de Marruecos contra el pueblo saharaui, siendo la República Árabe Saharaui Democrática un Estado miembro de la Unión Africana, aislará más al gobierno dominicano en el contexto africano. Mientras el gobierno de Abinader estrecha lazos con Marruecos, ese régimen antidemocrático acaba de perpetrar una masacre contra migrantes del África subsahariana en la frontera con Melilla. Los esbirros de la monarquía, en complicidad con el gobierno español, asesinaron a 37 personas e hirieron a más de 300, crimen de lesa humanidad sobre el cual el gobierno dominicano no ha dicho nada.
Todo esto demuestra la lamentable posición del gobierno dominicano en el terreno internacional y un humillante sometimiento a los dictámenes de EEUU. Debemos luchar por alcanzar una política exterior dominicana independiente y respetuosa del derecho de los pueblos a su autodeterminación nacional.