La Voz de los Trabajadores

La votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el embargo estadounidense contra Cuba, el 29 de octubre, arrojó un rechazo mayoritario a esta política coercitiva extraterritorial e ilegal del imperialismo estadounidense. La resolución, que se ha presentado y aprobado anualmente en 33 ocasiones desde la década de los 90, obtuvo 165 votos a favor, siete votos en contra y 12 abstenciones. El gobierno derechista de Luis Abinader rompió con la tradicional posición de la política exterior dominicana de votar contra el embargo, optando por ausentarse de la votación. La misma táctica de no votar fue adoptada por la dictadura de El Salvador y los gobiernos de Bulgaria y Siria, así como la oposición birmana que mantiene la representación de ese país ante la ONU, que al igual que el régimen dominicano acostumbraban votar contra el embargo. El ligero aumento de las abstenciones, los votos en contra y las ausencias, obedecen a las presiones del gobierno de Trump.

Los gobiernos del mundo mayoritariamente votan contra el embargo estadounidense, no porque apoyen al gobierno cubano, sino porque se trata de una medida abiertamente agresiva e ilegal por parte del imperialismo estadounidense que perjudica al pueblo cubano. En ese sentido, la resolución reafirma «la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados, además, en numerosos instrumentos jurídicos internacionales» y expresa preocupación por la promulgación y aplicación de leyes y disposiciones reglamentarias «como la promulgada el 12 de marzo de 1996, conocida como “Ley Helms-Burton”, cuyos efectos extraterritoriales afectan a la soberanía de otros Estados, a los intereses legítimos de entidades o personas bajo su jurisdicción y a la libertad de comercio y navegación».

En tal sentido es particularmente grave que el gobierno derechista, pro-imperialista, del PRM abandone la posición tradicional del Estado dominicano capitulando a los dictados de EEUU.

Se trata de otra acción más que demuestra una subordinación total al imperialismo, pero no es la primera. Ya durante más de dos años el gobierno de Abinader ha apoyado el genocidio sionista contra el pueblo palestino y fue uno de los gobiernos que no se retiró ante el reciente discurso del genocida Netanyahu en la ONU. Como anfitrión de la próxima Cumbre de las Américas, el gobierno dominicano ha vetado, por órdenes de EEUU, la participación de los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela, mientras avala la participación de la dictadura de extrema derecha salvadoreña. Esto demuestra que el problema no es el carácter dictatorial de esos regímenes, sino el hecho de no estar alineados con EEUU. El gobierno de Abinader ha llegado al extremo de permitir un bombardeo estadounidense contra una embarcación en aguas de la zona económica exclusiva dominicana, cediendo la soberanía dominicana. Adicionalmente, Abinader declaró al «Cartel de los soles» organización terrorista, avalando la política empleada por Trump para justificar sus amenazas de ataque militar contra Venezuela.

Organizaciones de izquierda como el Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores han denunciado durante años la subordinación del gobierno dominicano al imperialismo estadounidense. Fortaleciendo las expresiones de solidaridad con el pueblo palestino y contra la militarización del Caribe por parte de EEUU podemos contrarrestar esta política entreguista y pro-imperialista de Abinader y demostrar que esas políticas no nos representan ni pueden aplicarse en nombre del pueblo dominicano.