Partido de la Democracia Obrera (IDP)
La mañana del 23 de marzo, 45 personas, entre ellas el alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, fueron detenidas bajo acusaciones de corrupción. Mientras que la orden de detención contra Imamoğlu, derivada de la investigación por terrorismo abierta contra él sobre la base del «Consenso Urbano» (1), fue rechazada, tres personas, entre ellas el alcalde de Şişli, Resul Emrah Şahan, recibieron órdenes de detención por este cargo, y se nombró a un Kayyum (administrador tutelar) para el municipio de Şişli. Está claro que todas estas acusaciones son fabricadas por el poder judicial, que actúa como un arma del Palacio Presidencial, con el objetivo de criminalizar, intimidar y liquidar a la oposición, al servicio de la continuidad del gobierno de Erdoğan. Como Partido de la Democracia Obrera, condenamos y rechazamos estos ataques al derecho a votar y a ser elegido, a la libertad de asociación y a los derechos democráticos más elementales.
La agresión del gobierno «unipersonal», que llegó incluso a detener a İmamoğlu, alcalde del municipio metropolitano de Estambul y su principal rival en las próximas elecciones presidenciales, no fue ciertamente un hecho nuevo ni sorprendente. Tras su dura derrota en las elecciones locales, la Alianza Popular (2) reanudó sus prácticas intervencionistas a través de los «kayyums» (3) e inició políticas para recuperar la supremacía política y criminalizar a la oposición. La política de tutela, que comenzó contra los municipios dirigidos por el Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM), se extendió al Partido Popular Republicano (CHP) con el municipio de Esenyurt. Esta agresión continuó en forma de operaciones contra la corrupción en los municipios de Beşiktaş y Beykoz, e investigaciones por terrorismo contra miembros del consejo municipal del CHP y administradores municipales elegidos en el marco del «Consenso Urbano». Estaba claro que todas estas operaciones eran preparativos para el ataque contra İmamoğlu.
Finalmente, el régimen unipersonal lanzó su verdadero ataque. Primero, con la anulación del diploma de İmamoğlu (4) el 18 de marzo, y después con su detención, junto con casi un centenar de personas, como parte de las operaciones contra la corrupción y el terrorismo lanzadas al mismo tiempo. Tras cuatro días de detención, interrogatorio por la policía y la Fiscalía, Imamoğlu fue detenido por cargos de corrupción, mientras que la Fiscalía recurrió la decisión de ponerlo en libertad por cargos de terrorismo; en el momento de redactar este informe, este recurso está en proceso de evaluación.
Además de la operación contra İmamoğlu, se sabe que también se nombrará un tutor para intervenir el Partido Republicano del Pueblo (CHP), alegando irregularidades en el último congreso del partido, y que hay planes para llevar al CHP a un congreso extraordinario con la intervención del gobierno. En respuesta, Özgür Özel, principal dirigente del partido, anunció su decisión de llevar al CHP a un congreso extraordinario el 6 de abril.
Estos ataques del gobierno de Erdoğan contra el principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) e İmamoğlu, revelan el estancamiento y la desesperación de la Alianza Popular. La Alianza Popular de Erdoğan, cuyo apoyo electoral se ha ido debilitando gradualmente como consecuencia de la devastación económica de la que es responsable y de sus persistentes políticas opresivas y antidemocráticas, intenta una vez más mantener su poder mediante la opresión, el miedo y la criminalización de la oposición. Sin embargo, estas acciones no hacen sino profundizar las contradicciones en las que se encuentra. Por un lado, la agresión contra la principal oposición política -que ha llegado al extremo de detener a su más probable candidato presidencial, apartarlo de la política y nombrar un fideicomisario-tutelar-mandatario para su cargo- debilita aún más la «legitimidad de las urnas», que es su base de apoyo. Además, estas medidas perturban aún más la frágil estructura económica y reducen gradualmente la base social en la que se apoya el gobierno. La iniciativa llevada a cabo bajo el nombre de «Turquía sin terrorismo» entra en nuevos callejones sin salida con la política de calificar de terrorismo el «Consenso Urbano». Lo más importante es que esta vez, esta nueva agresión del gobierno se enfrenta a la movilización de las masas, especialmente de la juventud, en las calles.
La juventud estudiantil, que actuó inmediatamente después de las operaciones de anulación de diplomas y las detenciones, también dio una lección de cómo reaccionar ante los ataques antidemocráticos. La dirección del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que inicialmente parecía paralizada y guardó silencio tras la operación, llamó a la acción en Saraçhane tras las protestas y acciones de los jóvenes, y la creciente presión social. Las masas llenaron la plaza Saraçhane (la plaza del centro de Estambul, frente al ayuntamiento) desde el primer día y se movilizaron cada vez más en defensa de los derechos democráticos. No sólo hubo manifestaciones masivas en la plaza Saraçhane, sino también en muchas otras plazas de Estambul, Esmirna, Ankara y de todo el país. Esta movilización del pueblo trabajador fue el principal factor que destruyó la legitimidad de esta acción gubernamental.
Aunque la dirección del CHP salió a la calle bajo la presión de la movilización, demostró, como en anteriores momentos de ruptura, que temía más al poder y a la movilización de la calle y de las masas que al poder del gobierno. La dirección del CHP hizo sus llamamientos a la acción bajo la presión de las masas, para limitarlas y controlarlas y, en la medida en que no podía detenerlas, intentar convertirlas en sus propias manifestaciones y mítines. No llamó a las organizaciones de distrito a llenar las plazas, ni organizó autobuses desde los distritos, ni tomó ninguna iniciativa para movilizar más a las masas. Las masas llenaron las plazas a pesar de la actitud pasiva, cínica y de «limitar la política a las urnas» de la dirección del CHP.
Como resultado de esta movilización de las masas, İmamoğlu fue liberado de los cargos de terrorismo y el gobierno dio un paso atrás parcial, abandonando el nombramiento de la autoridad interina de la administración del municipio metropolitano de Estambul. Sin embargo, İmamoğlu sigue detenido por cargos de corrupción y, como se desprende de la objeción del fiscal a esta decisión, mientras siga existiendo el régimen actual, el régimen intervencionista, a través de los Kayyum, seguirá amenazando todos los aspectos de la vida, desde el municipio metropolitano de Estambul a los otros municipios, desde las universidades a los partidos políticos.
Ahora, las masas están discutiendo qué hacer a continuación y cómo continuar la movilización. La dirección del CHP pronto pondrá fin a sus llamamientos a acciones limitadas, a concentraciones en la plaza Saraçhane, y estará ansiosa por volver a su política cotidiana, limitada a «esperar a las urnas». Sin embargo, las movilizaciones, que comenzaron con la detención de İmamoğlu, han continuado en defensa de los derechos democráticos, como resultado de la ira acumulada contra los ataques opresivos del régimen autoritario «unipersonal». La movilización debe continuar y generalizarse, ¡hasta que se libere a todos los presos políticos, se ponga fin a la criminalización de la oposición política y se produzca una ruptura real con el régimen y su política tutelar, que se extiende desde los municipios hasta las universidades y la administración del país!
Hoy, mientras millones de simpatizantes y no simpatizantes del CHP, asqueados del régimen autoritario de «un solo hombre», se movilizan, votan en las elecciones primarias del partido y muestran sus reacciones; el pueblo kurdo, que exige libertad y una paz honrosa, llena las plazas, y la juventud estudiantil intenta continuar y extender el boicot académico. Todas estas movilizaciones deben unirse y ampliarse para derrotar al régimen de Erdoğan. El único actor decisivo que unirá estas diferentes dinámicas es la clase obrera, que entrará en escena «utilizando su poder de producción». Los llamamientos a la huelga general, dirigidos a los sindicatos y a las organizaciones obreras, adquieren en este contexto una gran significación. Para que todas las organizaciones sindicales, especialmente la Türk-İş (Confederación de Sindicatos Turcos), pasen a la acción, es necesario duplicar o triplicar la presión sobre sus dirigentes, que intentan enterrar su cabeza en la arena o contentarse con declaraciones simbólicas. En este sentido, como Partido de la Democracia Obrera (IDP), seguimos llamando a la izquierda socialista y a todas las organizaciones sindicales a construir una Alianza Obrera que combine la lucha contra los ataques antidemocráticos y las políticas de destrucción económica con un plan de acción.
¡Libertad a los presos políticos!
¡Acabar con la criminalización de la oposición política!
¡Acabar con el régimen intervencionista de Kayyum en municipios, universidades y en todo el país!
La solución está en la lucha unida, ¡la solución está en la alianza obrera!
26 marzo, 2025
IDP es la sección de la UIT-CI en Turquía
Notas de la traducción:
(1) – Kent uzlaşısı, o «Consenso Urbano»: así se denominan la decisión del Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM) de no presentar candidatos en algunos distritos electorales de las provincias occidentales, y apoyar a los candidatos del Partido Popular Republicano (CHP), partido al que pertenece İmamoğlu, el alcalde detenido de Estambul. La Fiscalía General de Estambul, dependiente de Erdoğan, define el «consenso urbano» como una actividad destinada a aumentar la influencia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en las ciudades. Bajo este argumento, lleva a cabo investigaciones y detenciones por «terrorismo».
(2) – Cumhur İttifakı o «Alianza del Pueblo» es el Frente Político Electoral de los diversos partidos políticos clientelares de Turquía que apoyan la presidencia de Recep Tayyip Erdoğan y su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Incluye, es destacable, al Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), de la extrema derecha nacionalista.
(3) – Kayyum – Fideicomisario-tutela-mandatario. Son administradores-tecnócratas nombrados directamente por el gobierno (es decir, por el presidente Erdoğan), por lo que no llegan al poder mediante elecciones. Gestionan la institución que se les asigna en su nombre, para garantizar la supervisión gubernamental y la continuidad de funciones. Estos administradores pueden ser puestos a cargo de partidos políticos, ayuntamientos, sindicatos, empresas, clubes de fútbol, universidades, etc. Después de cada elección local, Erdoğan nombra administradores para los municipios del Kurdistán y detiene a los alcaldes electos. Hace unos años, nombró administradores de la Universidad Boğaziçi (una universidad pública de Estambul). Tras el intento de golpe militar de 2016, nombró administradores de las empresas que financiaron la intentona golpista. Ahora quiere nombrar administradores para el CHP (partido de la oposición) y el Ayuntamiento Metropolitano de Estambul.
(4) – Hay que tener un título universitario para presentarse a las elecciones presidenciales. Con la revocación del título universitario de İmamoğlu, no puede presentarse como candidato.